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miércoles, 8 de junio de 2011

El deleite otoñal

Ayer fuimos a la casa de un amigo a ayudarlo con su granja, ya que nosotros tenemos una (o al menos lo intentamos) él ha quedado fascinado con la nuestra y me pidió una mano para ayudarlo con la de él.
Jóse estaba trabajando, así que Pilar, yo e Italo, nos fuimos para allá.
Llegamos a la casa de Pablo (mi amigo) que es padre de una nena de unos meses menos que Italo, pero como  su mamá y ella viven en otro lado, Italo no pudo jugar con Alfonsina y lo llevamos al jardín para que trabajara con nosotros.
Italo ama el jardín, ama la naturaleza. A veces llora para salir a jugar al jardín pero si hace mucho frío o es de noche...no hay manera de explicarle que no se puede.
Comenzamos a trabajar con unos maples de huevo, los llenábamos de tierra y platábamos en cada uno una semilla, le habíamos dado un maple para Italo, con tierrita para que el jugara por su cuenta. Es creo que le duró un ratito, porque comenzó a mirar nuestros maples con muchas ganas.
Su primer reacción fue meter el dedo en mi maple, lo metió bien paradito con toda la intención. Le dije que eso no se hacía, que él tenía su propio maple para jugar y trabajar.
Después de dos segundos, volvió a hacerlo esta vez con mucha más intención, porque lo hizo mirándome, pero bien serio. Volví a retarlo, con voz suave y bastante tranquilo, le acomodé la tierrita de su maple y volví a arreglar el agujero que le había hecho al mío.
Y entonces vino la tercera vez, también con mucha intención, supongo que él pensaba que era un juego. Pilar lo alsó y Lalo se largó a llorar de forma loca. Ni siquiera le habíamos dicho nada...pero creo que él ya sabía que algo malo tenía que venir. Pili lo volvió a sentar y quisimos imponer la ley que siempre imponemos cuando se manda alguna...eso de sentarlo en una sillita por uno o dos minutos y explicarle con tranquilidad que eso no se hace.
Esta vez fue Pilar la que lo llevó a una silla (porque de otra manera el niño siempre cree que soy yo el que impone el orden y me ve como la figura mala a mí), lo sentó pero Lalo seguía llorando y moviéndose como un condenado.
Intentó tranquilizarlo, no había manera, y todavía ni siquiera lo retábamos. Entonces Pilar le dijo que lo que había hecho estaba mal, que ahora el podría volver a jugar si dejaba de llorar, pero tendría que jugar con su tierra y su cajita de huevos, que si no lo hacía así no iba a poder seguir jugando con nosotros. (a mi cada vez que le tenemos que hacer eso de sentarlo en la sillita, se me parte el alma en 34 pedazos, pero de alguna forma tiene que saber que la sillita significa "reflexión" o al menos algo similar, y verlo allí llorando a todo pulmón, mirando como se le caían las lágrima y los moquitos...casi corro a abrazarlo y a decirle que me perdonara) Pero Pilar para esas cosas es mejor que yo, siendo la madre sabe que no le está haciendo daño (eso dice ella) y le habla...Pilar tiene ese tono de voz de tanta paciencia y paz que creo que al niño le encanta y lo entiende todo.
Después de esa pequeña conversación, Pilar le limpió las lágrimas y los moquitos y le preguntó si estaba listo para seguir jugando. Italo asintió con la cabeza, le preguntó si se portaría bien, y dijo que si.
Seguimos trabajando un rato más y yo lo ayudé con su tierrita para hacer de cuenta que plantábamos cosas ahí también, lo adornamos con hojitas y después Pili le dijo que como se había portado bien, él iba a poder plantar una semillita.
Tendría que haberlo filmado con toda esa concentración y una semilla minúscula en sus manitos, Pilar lo ayudó a cubrir la semillita con tierra y...estaba chocho de felicidad.

Cuando terminamos en lo de Pablo, lo llevamos a un pequeño parque que es una especie de paseo, cerca de casa. Cuando vio las hojas de los árboles todas juntitas en el cesped...no se pudo resistir y se tiró encima para agarrarlas con las manos y tirarlas para arriba...estaba feliz de la vida, Pilar jugó con él a tirar las hojas al cielo como si fuera papel picado. Y yo no me pude resistir de sacarle una foto y venir a compartirla con ustedes:
                                                             El deleite otoñal de Lalo!

Ya cuando llegamos a casa fue corriendo al cuarto de sus mamás para ver si la mame ( como le llama a Jóse) estaba ahí. Estuvo una hora preguntándonos por Jóse hasta que llegó, cuando Jóse entró a casa, se quedó paradito frente a ella y luego le estiró los brazos. Para terminar la jornada, Jóse le preparó la leche y después le dimos unas frutas cortadas en trozitos...las chupetea un rato y después se las come.

Se acostó bastante temprano, cerca de las 8 pm y durmió como un angel hasta las 9:30 de la mañana. Increible!

4 comentarios:

  1. Seco me ha encantado la entrada porque desarrollas lo que me decías el otro día en el comentario que me dejaste sobre poner límites y a la tercera sentarle, o alejarle, sacarle del entorno en el que se está enconando....

    Si que es cierto que se te parte el corazón....pero creo que esa es la fomra de educar, si no, los niños tiranizan a todo el mundo porque no conocen la palabra No....
    De todas formas he de reconocer que yo soy blanda...y menos mal que mi chico no tanto....de alguna forma se encuentra el equilibrio...

    Como curiosidad...Cocoliso tiene un jersey exacto al ade la foto de Lalo, pero en tonos azules, con su sol, su patito y su nube con lluvia en la espalda...madre mía con la globalización....yo en España y vosotros en Argentina....y la churumbelada calzando el mismo jersey (por cierto la peruana que me lo vendió me aseguró que era hecho a mano y que no había dos iguales...) me parto....

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  2. jajaja, la peruana que te lo vendió te ha estafado!!! Creo que le han regalado ese jersey...porque nosotros generalmente le hacemos la ropa y eso no lo hicimos.
    Respecto a lo de poner límites, es cierto que es lo más correcto pero eso no evita que a uno se le parta el alma1!!! Sin embargo generalmente a nosotros nos funciona. Si, al principio no les gusta nada, pero con el paso del tiempo se van acostumbrando y ya saben que si hacen tal o cual cosa (como pegar o insultar, por ej) tendrán que ir a la sillita...es como un castigo, pero leve.
    Volviendo a lo del Jersey...que nuestros hijos tengan el mismo significa que sus padres tienen buen gusto (jaja)

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  3. hola yo soy Elena del blog http://delebroalsambre.blogspot.com
    me ha hecho ilu que te hicieras miembro tengo poquitos pero la verdad que escribo para relajarme me encanta con el ordenador es mas deprisa y comodo.
    y lo del jersey es cierto jeje a mi tambien me dieron uno igual pero menos bonito en azul marino era una chaqueeta la verdad por aquella epoca no se me paso la idea de tener un varoncito asi que tambien lo regale yo je
    por cierto me encanta el nombre Italo
    saludossssss

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  4. Hola Elena, gracias por pasar por mi blog también.
    Se ve que el Jersey está por todo el mundo. O todo el mundo está unido por ese Jersey!!!
    El nombre Italo tiene diferentes significados, en griego, latin e italiano...ninguno realmente importante, pero es lindo.

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